Desentrañando el enigma de lo visible
“En cuanto me siento observado por la cámara, todo cambia: entro en el proceso de “posar”. Me hago inmediatamente otro cuerpo para mí mismo, me transformo por anticipado a mí mismo en una imagen.”
Henri Cartier-Bresson
“Delante de la cámara, soy al mismo tiempo el que creo que soy, el que quiero que los demás crean que soy, el que el fotógrafo cree que soy y el que él utilizará para exhibir su arte.”
Roland Barthes
No hay nada nuevo en la idea de considerar cada retrato como un autorretrato.
En la pugna del retrato, ¿cómo te enfrentas a la mirada del otro? ¿Cuál de los dos da y cuál de los dos recibe? ¿cómo te mantienes firme mientras te entras al ojo impasible de la cámara, consciente de que tu apariencia, una imagen en particular, quedará fijada para siempre?
¿Qué es lo que hace que una fotografía pueda ser considerada un “retrato”?
Partiendo de la premisa de que la Fotografía, por sus características técnicas, no es fiel a la realidad y por tanto es “mentirosa”, o cuando menos “subjetiva”: capaz de dar vida a un objeto inanimado o mostrar un rostro hierático como la máscara de ese ser; ¿qué nos hace pensar que una imagen es una referencia de una persona, mostrar el cuerpo o el rostro como la interpretación de la apariencia de una persona? ¿es necesario incluir el rostro, debe de manifestarse la relación del individuo con el mundo?
Muchas preguntas, cuando lo que se pretende no es reproducir, sino ir más allá de la apariencia, llegar al “silencio interior”.
Un retrato en ocasiones son unas manos, una silueta o un objeto que nos recuerda a la persona que lo hizo o lo poseyó o lo mantuvo entre sus manos. Otras veces un rostro no habla de la persona, sino de una historia y de una época. A veces un lugar es el mejor retrato de una ausencia.
Javier Vila
Jorge Represa
Valladolid, 1968
Se inició en la fotografía de forma autodidacta a finales de los años 80. Primero trabajó como fotógrafo para la revista “Gente” del periódico Diario 16 y, más tarde, para El periódico de Cataluña, realizando más de 150 portadas del suplemento del domingo a lo largo de 15 años. Durante este tiempo, tomó gran cantidad de retratos a gente famosa.
Desde 2004 se centró en el desarrollo de un trabajo muy personal y en 2006 creó su propia escuela de fotografía, La Recámara, inicialmente en Santander, más tarde en Barcelona, y actualmente de nuevo en Santander, donde enseña a sus estudiantes a descubrir el valor de la fotografía como medio de expresión personal.
Entre sus trabajos más importantes se encuentra Retratos: una colección de retratos de famosos (como Michael Douglas, Luciano Pavarotti, Danny DeVito, Woody Allen, o Quentin Tarantino, entre otros); por su parte, ficción es una serie que surge a partir de la creación de un personaje ficticio y que interpreta el retratado.
También ha trabajado para Vogue, Elle, Woman, Dunia, la edición española de la revista Rolling Stone, El País; El Mundo, ABC, Diario 16, o Matador.
Ha sido premiado en ocho ocasiones por la Society for News Design, por sus trabajos publicados en la prensa, en 2006 recibió el Premio a la Mejor Portada del Syndicat des Èditeurs de la Presse Magazine.
Sus fotografías han sido utilizadas como portada de un número importante de CDs grabados por importantes artistas latinos y españoles como “Si tú me miras”, de Alejandro Sanz, WEA, 1993; “11 maneras de ponerse un sombrero”, de Miguel Bosé, WEA 1998; “19 días y 500 noches”, de Joaquín Sabina, BMG Music Spain, 1999.
Entre sus trabajos editoriales destacan: “Retratos”, 1995, Barcelona, Ediciones B; “Calendario Compañía Nacional de Danza”, 1995, Madrid, Ministerio de Cultura; Ficción, Barcelona, Ediciones B, 2000; “La mar en tierra”, Santander 2012, Ediciones La Recámara; “Diccionario de fotógrafos españoles del siglo XIX al XXI”, 2014, La Fábrica/Acción Cultural Española, Ministerio de Cultura; “MAPA”, Santander 2017, Ediciones La Recámara.