Erbio, bario, talio, galio, germanio, marco, cayo, cicerón, cadmio, titanio, tungsteno, circonio y estroncio en valores aceptables de fusión, sigo alejado de la zona convectiva, temperatura, 285 Kelvin. Pasillo angosto, empedrado, sin fotones, gases desionizados, zona boscosa lateral, no puede ser, cielo azul en el exterior, que debería ser amarillo anaranjado, cruzado por nubes, y este traje de cero absoluto equilibrante que me da cada vez más frío.
Abandonado el perihelio hace veinte horas y once minutos, voy a entrar en el campo electromagnético de las cuatro ecuaciones de Maxwell. Y ese dulce aroma de endrinas maceradas entre vainilla y canela. La fusión del hidrógeno, que aparece en grandes cantidades, despreciable, algo anda mal. El ordenador marca unas coordenadas extrañas, 43º de latitud y 3º de longitud, ¿pero de qué año es este aparato?
¡Central, central! ¡me han mandado al sol, pero es una calle!
Autor: Carlos Álvaro Martínez García
Título: “El campo electromagnético de endrinas” inspirado en la Calle del Sol.
Ganador del Premio Concurso Microrrelatos.